El desahogo de Blooming llegó en los descuentos

Ya se hizo una costumbre. Blooming sufrió para ganar anoche (3-2) a Guabirá en un vibrante y accidentado partido en el estadio Tahuichi. Esta vez se vistió de héroe el panameño Blas Pérez, que abrió y cerró el marcador, pero además fue una constante amenaza para la defensa azucarera. A Blooming le costó ganar porque durante el partido careció de volumen de juego, algo que le condujo a explotar los pelotazos o tiros libres. Joselito Vaca apareció por momentos, con poca conexión con los hombres de ataque, aunque fue clave en la pelota parada. El primer tiempo fue un show de patadas por parte de ambos equipos. El fútbol estuvo ausente por la escasa propuesta ofensiva de los protagonistas, por tal motivo los goles fue lo único rescatable. Blooming colocó el 1-0 en el amanecer del juego (4’), con un cabezazo de Blas Pérez tras un tiro libre de Joselito. El empate se registró a los 32 minutos, cuando Marcelo Aguirre le pegó de lleno dentro del área tras asistencia de Carlos Saucedo, que le sirvió el balón con la cabeza. Mucho antes, la academia quedó con diez jugadores por la expulsión de Ricardo Duarte, quien vio la tarjeta roja por sujetar al ‘Caballo’ Saucedo cuando arremetía de cara al arco. Sin ideas en tres cuartos de cancha, Blooming selló el 2-1 en otro tiro libre de Joselito. En esta ocasión José Sagredo interceptó la bola con la cabeza, acto seguido el travesaño le negó el gol, sin embargo la sobra le quedó para empujarla con arco vacío. En el arranque del segundo tiempo, Gualberto Mojica firmó el 2-2 con un golazo en el que hizo gala de un gran gesto técnico. De ahí en adelante el partido se tornó de ida y vuelta, pese a que los azucareros sufrieron la expulsión de Jorge Lovera. Blooming no pudo embocarla en tres ocasiones, cuando Blas Pérez, César Pereyra y José Vargas no llegaron a empalmar en la boca del arco. Del otro lado, Dico Roca y Jorge Pizarro tuvieron en sus pies el triunfo aunque carecieron de puntería. Cuando se jugaba los descuentos, José Vargas ganó el fondo, se internó en el área y asistió a Blas Pérez, que depositó la pelota en la red con un toque sutil. El pueblo celeste estalló de júbilo en el Tahuichi Aguilera