lunes, 18 de abril de 2016

Justiniano: “El dirigente no tiene que poner plata”



Convencido de que se necesita cambiar las estructuras de la institución, Jerjes Justiniano, presidente de Blooming, va por mantener a la academia cruceña como un club de fútbol, pero manejado de manera empresarial y no de la forma artesanal como se lo hace actualmente. Cree que el fútbol boliviano no evolucionó.

Su gestión terminará en marzo de 2017 y no sabe si se presentará para seguir al mando por un periodo más. Dice que se tuvo que endeudar para salvar la sede y que aún deben dinero, pero la deuda es sostenible.

Patentará la marca Blooming para generar otro tipo de ingresos que no sean directamente del fútbol, sino producto del fútbol. Cree que el dirigente no siempre tiene que poner plata de su bolsillo, pero sí tiene que saber cómo generarla.

¿Cómo es que asume?

Yo era vocal en el directorio de Roberto Fernández, pero ante el pedido de licencia de algunos y la renuncia del vicepresidente de infraestructura, es cuando asumo. Y luego se da la salida de Erwin ‘Happy’ Peredo, algunos se van excusando hasta que llega a mí debido a la sucesión estatutaria.

¿Era una etapa crítica como para animarse a poner la cara?

Las circunstancias eran complicadas, nosotros tuvimos que endeudarnos. Para poder pagar a los jugadores tuvimos que asumir deudas, pero era algo que se tenía que hacer, no había otra.

¿Tiene el apoyo de los expresidentes del club?

En lo general no, pero en lo personal sí, hay algunos que me han llamado para pedirme que pase a recoger un aporte para el club.

¿Al inicio ustedes pidieron apoyo pero no tuvieron éxito?

Sí, al comienzo nos dijeron que renunciemos si queríamos su ayuda y luego nos dijeron que iban a vender dos hectáreas de la sede para sanear la deuda. Ante tanto problema, el directorio en pleno decidió rechazar sus ofertas y agradecerles por todo, desde ese momento comenzamos el proceso de buscar financiamiento para arreglar nuestros problemas.

¿Hay críticas a su directorio por no tener dinero?

Sí, hay algunos exdirigentes que dicen “estos son unos yescas, en cambio nosotros antes éramos ponedores”. Nosotros queremos cambiar ese concepto, el dirigente no tiene que poner plata, tiene que generarla y no sacar de su bolsillo, porque así no hay bolsillo que aguante.

¿Por qué a usted le prestan plata y antes nadie quería dar?

El cambio le hizo bien al club y generó un poco más de credibilidad, además de que se fueron dando las condiciones. Logramos que la Federación Boliviana de Fútbol nos pueda anticipar un dinero que tenemos por el premio a la Copa Sudamericana y eso nos ha permitido -un poco-, salir a flote del problema económico, que no está para nada solucionado.

¿Por qué tantas deuda?

Los problemas económicos no son exclusividad de Blooming, es una realidad de todos los clubes bolivianos, porque lamentablemente los clubes se han venido manejando al calor de las emociones. ¿Qué quiere decir esto?, que los dirigentes decimos “necesitamos contratar y nosotros nos metemos a contratar sin tener la experiencia ni el tino del manejo futbolístico, porque no tenemos gente que conozca de manejo.

¿Cómo se salvó la sede?

Tuvimos que negociar y pagar algo de la deuda ($us 100.000) para renegociar el resto. Es algo que no está salvado, sino que lo estamos manejando sosteniblemente.

¿Qué hizo para recobrar la confianza de los jugadores y de los socios?

Se tiene que hacer un análisis integral de toda la situación que vivió Blooming. El año pasado fue muy duro para el club, se dio un momento en que se estuvo a punto de perder la sede a raíz de una deuda con la Cooperativa Jesús Nazareno y, en ese afán, se fue cubriendo lo urgente y no lo necesario, y ahí la deuda con el plantel se hizo grande. Gracias a Dios y al apoyo de algunas personas hemos ido cubriendo poco a poco el tema salarial.

¿Por qué se rechazó la oferta que les hizo Mario Cronenbold para salir de la deuda que tenía el club?

Era interesante, íbamos a tener lo mismo en otro lugar no muy lejos de donde estamos ahora, pero sí en otro lado y además nos quedábamos sin deuda alguna.

Pero en ese momento se estaba hablando mucho del tema y uno de los empresarios que estaban interesados en ese proyecto nos llamó y nos dijo que lo dejáramos sin efecto, porque no le interesaba que su empresa se viera involucrada en problemas. Otras personas también querían la sede.

¿Se maneja mal el club?

Actualmente nuestros egresos son mayores que nuestros ingresos y si Blooming fuera una empresa, ya estaría en quiebra. Nuestro presupuesto anual es de más de dos millones de dólares y nuestros ingresos son menos de dos millones. Eso no puede seguir y por eso lo primero que tenemos que hacer es racionalizar nuestros egresos y optimizar nuestros ingresos.

¿Cuál es la labor actual de su directorio?

Optimizar nuestros ingresos. Tenemos que generar mayor cantidad de ingresos extrafutbolísticos, que son del fútbol pero más allá del espectáculo. Al igual que todos los clubes nuestros ingresos solo provienen de los derechos de televisación de la Liga, derechos de televisación de la FBF, contrato de promoción de imagen en la polera, ingresos por recaudación y los aportes de los socios. Tenemos que ver otras alternativas que nos permitan autosostenernos.

¿Se va a potenciar la marca Blooming?

La marca Blooming es muy poderosa. Hay que ponerle la visión empresarial con generación de recursos y para ello tenemos que vender todo, desde encendedores, ceniceros, papel, cuadernos. Blooming es el club deportivo que vende más poleras que cualquier otro en el país. Hay que potenciar ese aspecto y dentro de ello tenemos proyectos a corto, mediano y largo plazo.

¿Para qué se está llamando a la asamblea de socios?

Vamos a lanzar un proyecto, en el que explicaremos a los socios, paso a paso, todo lo que se pretende hacer para engrandecer a la institución y para recaudar fondos que ayuden a incrementar los ingresos que tiene el club. Para esto tenemos que manejarnos con criterios empresariales, todo lo contrario con lo que pasa actualmente.

¿Dentro de ese proyecto está la construcción de su estadio?

Sí, ya lo hemos dicho y conversado. Los detalles los daremos en la asamblea de socios, pero esa es una de las tantas ideas que tenemos. Vamos a darle valor a nuestro patrimonio.

¿Será dentro de la sede?

Sí, todo será ahí. Tenemos que valorizar nuestro patrimonio.

¿A eso se suma la obra del albergue para las inferiores que es financiado por el Gobierno?

En el entretiempo del partido amistoso entre Bolivia y Brasil, en Santa Cruz, el presidente del país ofreció ayuda para Blooming y Oriente y solo pidió que le presentemos proyectos, algo que hicimos y que luego de algunas modificaciones ahora todo está aprobado. Ya se está en construcción y todo corre por cuenta del Gobierno.

¿No hay peligro que pase lo mismo que con el estadio que le hizo el Gobierno a la ACF y que ahora está en problemas con el alcalde de Warnes?

No, no, porque en el convenio dice que queda para el club Blooming. Eso está bien establecido.

¿Ese albergue no lo van a usar los de la primera?

En teoría es solo para las inferiores, pero no descartamos que alguna vez la primera se concentre ahí, pues una gran parte de nuestro presupuesto se va en pagar hotel para las concentraciones.

¿Porqué no apuntar a un hotel para las mayores?

Porque primero pretendemos potenciar nuestras inferiores para formar y sacar al mercado jugadores nuevos, jóvenes, que es lo que actualmente no hay. Además, apuntamos a formar jugadores con valores humanos, por eso hemos comenzado un proceso de formación, porque buscamos darle identidad al futbolista, que se sienta jugador de Blooming, no contratado por Blooming. Esto es un proyecto integral, completo.

¿De qué le sirve a Blooming ser campeón en las divisiones menores si no promociona a sus jugadores a la primera?

Vemos que hay un vacío de competitividad debido a que no se han generado campeonatos necesarios para ello. No puede ser que la Liga tenga dos torneos durante un año y la ANF solo uno, que dura dos meses. Tiene que haber un campeonato de reservas competitivo para darles roce a nuestras inferiores.

¿Se perdió o se ganó con la transferencia de Moisés Villarroel a Bolívar?

Al fin y al cabo creo yo que se ganó. Es un valor con mucho futuro y Blooming mantiene un porcentaje con el jugador en caso de que sea transferido al extranjero.

Con Bruno Miranda, que fue quien se quedó en Universidad de Chile, ¿Blooming tiene alguna participación?

No, ese chico era de la Tahuichi.

Hablando de fútbol, ¿los últimos resultados salvaron a Hernán Boyero?

Como todo en la vida, uno depende de resultados y si no brindo resultados como se esperan, me van a reemplazar. Le dijimos a Boyero y él mejor que nadie sabe bien de esto, que los resultados son los que mandan. Lo que hicimos fue darle la confianza para que intente conseguir resultados y después del partido con Sport Boys el equipo comenzó a mostrar mejorías.

¿Cuánto perjudica a la dirigencia una derrota como la que sufrieron ante Wilstermann?

Es muy significativo. Porque la gente que fue a mirar ese partido difícilmente volverá para el siguiente y eso, por supuesto, deja de ser importante para nosotros. Si ganábamos, esa misma gente iba a volver al próximo que Blooming juegue de local.

¿Por qué en vez de traer seis extranjeros Blooming no trae solo tres y de gran nivel?

Esa es una de las cosas que queremos manejar con el gerente técnico. No llenar plazas de extranjeros, sino aprovecharlas para traer buenos jugadores extranjeros o tratar de traer a los que están en el fútbol nacional y se desempeñan en las plazas que requerimos cubrir.

¿Por qué, en teoría, los dos grandes de Santa Cruz no hacen pie firme en los últimos torneos?

Yo creo que por más que se intente decir una y otra cosa a favor de la altura, o que eso de que el fútbol se puede jugar en cualquier parte del mundo, es una desventaja subir del llano al altiplano. Me dirán que antes fuimos campeones y por qué ahora no, pero esas son situaciones excepcionales.

¿Qué va a pasar con la ley del deporte?

Recién la he recibido, no he leído el proyecto, porque hay que hacer un enfoque jurídico y deportivo del mismo. Vamos a ver si afecta a no a las autonomías de los clubes. Procuraremos que la ley sea algo bueno.

¿No es algo tardío, siendo que ya se la aprobó en la Cámara de Diputados?

Lo que pasa es que recién se nos ha pasado institucionalmente. Ese es uno de los defectos de este Gobierno con la socialización de las leyes.

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