Excepto las ramas de los inmensos árboles de mango que hay en la sede campestre, nada se mueve en Blooming. El vestuario permanece cerrado bajo llave, el poco trajín que hay es por la presencia de los juveniles que asisten a sus prácticas cotidianas, pero el primer plantel sigue firme en su negativa a entrenarse mientras no se les cancele dos de los cuatro sueldos que les debe la dirigencia.
Lo que genera más incertidumbre en la plantilla celeste es que, a decir de varios jugadores, nadie del directorio se comunica con ellos, ni para convocarlos a los entrenamientos, menos para decirles que pasen a cobrar.
Son conscientes de que llegarán en desventaja al inicio del torneo Clausura, pero también saben que si ahora no son firmes en su postura la deuda seguirá creciendo. Confiesan que no quieren plantear una demanda colectiva ante el Tribunal de Resolución y Disputa (TRD) para no dañar al club.
Blooming debutará el domingo 17 de enero frente a The Strongest en el estadio Tahuichi, en el cierre de la primera fecha del Clausura, cuyo primer partido es el viernes entre Universitario y Real Potosí, en la capital del país.
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