lunes, 13 de marzo de 2017
Blooming se adueña de un clásico para el infarto
Minuto 90 del partido. Era, quizá, la última opción que tenía Blooming de hacer suyo el clásico 177 de la historia. Y el temple de Joselito Vaca, que desbordó por izquierda, iba a terminar construyendo un gol que se gritará toda la semana. La recibió Blas Pérez y al rebote, Roly Sejas tomó un balón perdido y lo terminó clavando en el ángulo izquierdo. Era el 2-3 definitivo.
Desde ese instante la algarabía fue celeste; Ricardo Lunari corrió como loco en la pista y con puños apretados les pedía a los hinchas no parar por la euforia. Blooming había logrado reponerse a tiempo de la intempestiva salida de José Sagredo (dura lesión a los 4’) y sellaba una victoria que le alivia, que le hacía falta y que hoy la disfruta. La figura terminó siendo ‘Picante’ Pereyra.
La academia golpeó de entrada justamente con una punteada de Pereyra. Tras un tiro de esquina, el panameño Blas Pérez pivoteó de cabeza y el argentino estuvo atento para golpear y poner el 0-1 a los 46’, se jugaba un minuto de adición. Hasta ahí, el clásico había tenido bastantes interrupciones, pero el ‘Picante’, oportuno como siempre, lo sacaba de su letargo y provocaba la primera alegría de la noche.
Oriente, en el complemento, salió con todo en procura de la igualdad. La consiguió temprano, a los 54’ de tiro penal, luego de que Sejas enganchara a Óscar Ribera, que se había internado tras buena finta. Lo pidió José Alí Meza y no falló rematando al costado derecho de Suárez. El 1-1 le ponía aún más salsa al partido, aunque Oriente continuó con la presión buscando el segundo.
El buen pie de Moisés Villarroel en la pelota parada iba a terminar dándole a Oriente un nuevo gol. Pidió un tiro libre y le puso una perfecta pelota a la cabeza de Pedro Azogue (58’), que acabó ganándole a toda la defensa para al final vencer a Hugo Suárez. Ese 2-1 dejaba en claro que era imposible apagar el clásico, que, más al contrario, se encendía porque todavía faltaba mucho.
Golpeado en su orgullo, Blooming buscó la remontada. El temple en la defensa de Bocchino, el coraje de Joselito Vaca, el tesón de Ricardo Duarte y la entereza de Blas Pérez, iban a terminar guiando a la remontada. El 2-2 llegó de penal cuando Ignacio García derribó (de forma dudosa) a Pérez, que había ingresado al área con peligro. Lo pidió Pereyra (76’) y lo convirtió.
Pero el clásico iba a tener todavía más porque con el empate, Blooming siguió insistiendo, avisando con Vaca, que casi le marcó un gol olímpico a Viscarra y con Ortiz, que asustó con un tiro libre que por poco ingresó. Hasta que vino la última jugada del partido. Esa en que Vaca guapeó, siguió Pérez y Sejas liquidó. El 2-3 se lo grita todavía. Blooming hizo suyo el clásico 177 de la Liga.
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