Bastó un zapatazo de Carlos Saucedo para liquidar al “toro” warneño por 1-0, anoche en el Tahuichi Aguilera. Con este triunfo del celeste cruceño, se postergó el festejo de la obtención del título del cuadro warneño, que en caso de ganar hubiera conquistado su primer cetro en el profesionalismo.
El “Toro”, de esta manera quedó a un paso de hacer historia, se quedó con las ganas de tocar el trofeo por la falta de convencimiento para revertir la cuenta y lucidez conociendo que Bolívar era goleado por San José en la sede de Gobierno. Pese a esta derrota, los de Warnes tienen el camino libre para ganar el domingo el campeonato porque mantienen la diferencia de dos unidades ante la Academia.
Blooming se puso arriba en la cuenta con el gol convertido por Carlos Saucedo a los 27´, después de una jugada que inició en un costado, los jugadores del plantel local llevaron la pelota hasta el área rival y Didí Torrico se encargó de ceder el balón a Saucedo, quien definió con un disparo de zurda venciendo a Carlos Lampe. A lo largo del primer tiempo Torrico empujó a su equipo hacia delante, tras el gol de la apertura, el mediocampista avanzó por al costado superando a sus marcadores para enviar un centro dentro del área chica y Saucedo no pudo conectar la pelota, cuando estaba a un par de metros de la línea de gol. Los warneños respondieron a estos ataques con dos disparos de Aldo Velasco, uno de estos intentos salió a centímetros del poste izquierdo del arco protegido por Hugo Suárez y en el otro intento apareció Cristhian Coimbra para obstruir el remate del delantero.
A los 50´ Blooming sufrió la expulsión de Torrico, sin este jugador, se perdió el balón en este sector y cada vez era más intermitente su ofensiva. Todo el segundo tiempo estuvo a la defensiva protegiendo la ventaja que había conseguido en el inicio. El elenco de Warnes sabía que Bolívar estaba perdiendo y con la superioridad numérica en el campo de juego tenía un mejor panorama para salir campeón de manera anticipada, sin embargo, hubo varios minutos de dubitación entre los jugadores.
El equipo de Warnes extrañó en demasía a una de sus figuras, Helmuth Gutiérrez, por expulsión, esto se sintió en el funcionamiento colectivo del cuadro que dirige Carlos Leeb. En un partido que tenía este desarrollo tan obstruido, un volante con su coraje y habilidad era necesario.
Con el planteamiento defensivo del local, Saucedo estaba desgastándose y para tratar de refrescar el ataque ante un posible contragolpe, que era su única salida bajo esta presión que recibió, el cuerpo técnico hizo ingresar a Pablo Salinas por el “Caballo”, nodio buenos resultados porque era difícil recuperar la pelota y entregar un pase al único atacante que se pertrechó a partir de este momento. Con esta monotonía y con nerviosismo de por medio transcurrieron los minutos finales. El festejo se prolonga.
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