Después de dos días libres concedidos por el cuerpo técnico, los jugadores del equipo A de Blooming retornaron este jueves a los entrenamientos. A su llegada, fueron sometidos a una exigente prueba de resistencia ordenada por el preparador físico Maricio Gonzales que dispuso un trabajo con un recorrido de 5 km.
Bajo un sol abrazador, Gonzales rayó la cancha y dividió el grupo en tres. Uno liderado por Joselito Vaca y Sergio Almirón, el segundo con Carlos Tordoya y Didí Torrico y finalmente el tercero por Martín Aguirre.
La labor comenzó de forma liviana, pero gradualmente fue aumentando de intensidad, hasta que los grupos terminaron haciendo 18 pasadas por un circuito de 300 metros, lo que sumado hace 5.300 m, más de cinco kilómetros.
En la cancha no se necesitaban palabras para saber que el trabajo que estaban haciendo era un castigo por haber perdido el clásico, partido en el que no mostraron nada de lo que habían expuesto en las tres fechas anteriores. El rostro de los jugadores hablaba por sí solo y sus expresiones dejaban en evidencia lo duro de la práctica.
Al final de la misma, el plantel se reunió para degustar de una churrasco que sirvió para hablar de una manera más distendida lo ocurrido en el clásico y lo que se tiene que corregir para seguir manteniendo la punta.
Amistoso con Destroyers
Aprovechando el receso liguero por los partidos amistosos de la selección boliviana frente a Ecuador y México, el 6 y el 9 de septiembre, la dirigencia de Blooming acordó con sus pares de Destroyers un partido de entrenamiento entre sus dos primeros planteles.
El encuentro se lo jugará el domingo (9:00) en la sede campestre de la academia.
En el reinicio del torneo, Blooming deberá recibir en el Tahuichi a Sport Boys
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