El jugador Miguel Loaiza está esperando que la dirigencia de Blooming lo convoque para la firma del acuerdo de rescisión de contrato que le permita dejar el club con el que tiene vínculo hasta el 30 de mayo.
Loaiza aclaró que en ningún momento renunció al equipo, fue una decisión de los directivos alejarlo de la institución porque argumentaron que había presión de la hinchada y de algunos dirigentes por su bajo rendimiento.
Recordó que tras la derrota frente a Bolívar el 3 de abril, tuvo una discusión con un periodista quien entendió que estaba renunciando al equipo, cuando en realidad la solución no era echar a jugadores o al técnico.
Luego de este problema, la dirigencia lo convocó a una reunión para comunicarle su salida y dejar sin efecto el resto del contrato.
"No es una decisión mía, los dirigentes me llamaron y me dijeron que había mucha presión para que ya no siga”, contó ayer en declaraciones a una emisora cruceña.
Loaiza sostuvo que el tema llegó a conocimiento del técnico Gustavo Díaz, quien debía dirigir su último partido ante Guabirá el 6 de abril, pero no lo hizo al enterarse que el jugador había sido echado.
"No lo hizo porque me separaron del plantel sin consultarle", recordó.
El jugador aseguró que cobrará por los días trabajados. Le deben sueldo de tres meses y mientras no se firme el acuerdo él se está presentando en los entrenamientos.
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