Blooming sumó anoche su quinta derrota consecutiva en siete partidos, está penúltimo en la tabla de posiciones y a manera de alivio se viene la visita de Nacional Potosí a mitad de semana, el colero del torneo Clausura, y la oportunidad de hacer borrón y cuenta nueva a costa de un rival que tampoco tiene un buen presente.
Universitario no tuvo mayores problemas para vencer por 4-2 a un equipo disminuido por expulsiones y lesiones, caído anímicamente tras el clásico cruceño y que solo en la parte final del partido se animó a inquietar al arquero Marcelo Robledo con jugadas que terminaron en gol.
Gustavo Pinedo y Martín Palavicini se convirtieron ayer en los verdugos del equipo cruceño, con dos anotaciones cada uno y de muy buena factura (uno de ellos de tiro penal). El primer tiempo finalizó con un apretado 1-0 gracias a una acción personal de Pinedo tras sacarse la marca de dos defensores y definir con un remate a ras de piso, sin que el arquero Vaca pudiera neutralizar el disparo a pesar de su estirada.
La goleada se encaminó apenas comenzado el segundo tiempo, al minuto de juego. Palavicini se deshizo de la marca de un rival y con un zurdazo al ángulo, desde fuera del área grande, amplió la cuenta a 2-0. Blooming no hacía pie firme y parecía sentir profundamente las bajas obligadas. Una muestra de la fragilidad como equipo es que Universitario generó varias situaciones de gol en el primer tiempo contra ni una sola del cuadro visitante. Para colmo, en una de las pocas aproximaciones del equipo celeste quedó sentido Joselito Vaca al chocar con Alan Loras. El capitán tuvo que ser trasladado de urgencia en una ambulancia hacia una clínica cercana al estadio Patria.
El 3-0 llegó a través de un penal discutible, supuestamente de Valverde contra De la Cuesta, que transformó en gol Palavicini. Con el 3-0 parecía todo liquidado, y más aún con el cuarto tanto a cargo de Pinedo, a los 62 minutos, con un derechazo cruzado desde unos 25 metros. Nadie evitó el disparo y el arquero Vaca tampoco llegó a desviar el balón.
Reacción sobre el cierre
La reacción de Blooming comenzó a los 80 minutos con un remate de Loaiza al parante derecho de Robledo desde lejos. Dos minutos más tarde descontó Dustin Maldonado con un zapatazo desde fuera del área grande que desvió levemente el pie de un rival; y Gabriel Valverde se encargó se sellar el 4-2 definitivo con un cabezazo justo en el cuarto minuto de adición, cuando el árbitro estaba a punto de pitar el final.
Los dos goles que llegaron al final del partido sirvieron al menos para que el resultado no se viera tan amplio. De igual manera, Blooming dio claras muestras de ser un equipo endeble, con muchas limitaciones defensivas y también en el medio campo. Su goleador Sergio Almirón no inquietó como en el clásico porque el acompañamiento que tuvo fue escaso.
Una derrota más, la quinta en siete partidos, que invita a una reflexión urgente. El equipo ha caído en una zona peligrosa y necesita un repunte.
A mitad de la próxima semana Nacional Potosí visitará el gramado del estadio Tahuichi y a partir de ahí la suerte debe comenzar a cambiar. Blooming necesita urgente tres puntos de oro que le permitan recuperar la confianza y rencaminarse en el torneo Clausura, porque al paso que va está más cerca de estrechar lazos de amistad con los últimos de la tabla que con los que pelean por el título
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