Gustavo Díaz dice estar más firme que nunca y que no piensa renunciar. Si no se planteó la idea de irse es porque está seguro de que Blooming será otro a partir del jueves. Ese día la academia recibirá en el estadio Tahuichi al colero Nacional Potosí y tres días después a Wilstermann, que tampoco anda bien. “Ganando esos seis puntos en casa nos ponemos en carrera nuevamente”, manifestó ilusionado el DT uruguayo, dolido por el presente de su equipo, pero más firme y seguro que cuando llegó, en septiembre del año pasado.
Blooming sufrió el sábado en Sucre su quinta derrota consecutiva de los siete partidos que jugó (solo venció a San José y a Guabirá, de local) y el hincha empieza a reclamar triunfos. Díaz insiste en que muy pronto vendrán tiempos mejores y los argumentos sobran para respaldar lo que dice. En menos de una semana la academia será local dos veces frente a rivales accesibles, o no tan complicados. Además, dos de los cuatro jugadores suspendidos por expulsión (Jorge Ortiz e Ignacio Ithurralde) ya estarán de vuelta: dos buenas noticias para un equipo que necesita reforzar sus líneas, empezar a ganar y así salir del fondo.
En el retorno al trabajo Díaz habló ayer con la prensa y respondió sin vueltas. El charrúa admitió el mal momento, pero tampoco se asusta. Durante su etapa de jugador pasó por muchos pasajes parecidos y asegura estar preparado para esta clase de turbulencias. Confía en el plantel que tiene, pese a las cinco derrotas que lo ubican en la parte baja de la tabla. Cuando llegó a Blooming se acordó llevar adelante un proceso y no piensa renunciar a él. Reconoce que en el fútbol los resultados mandan, pero bajo ningún término piensa en renunciar. “Si creen que cambiando al técnico las cosas van a mejorar, no tengo ningún problema en irme”, señaló.
A la hora de evaluar llegó a la conclusión de que la sumatoria de adversidades ha llevado a Blooming al lugar donde está, pero insistió en que no es de tirar la toalla. “Vamos a seguir luchando, tenemos que darle la vuelta a esto”, dijo en un tono confiado. Díaz llegó a Blooming precedido de buenos antecedentes y los comentarios sobre su metodología de trabajo ha dejado satisfecho a más de un dirigente; eso no se discute. El problema es que el equipo no gana y eso preocupa.
Los números, en contra
La mala campaña de este Blooming es la continuación del equipo que terminó entre los cuatro últimos de la tabla del torneo anterior. Llegaron refuerzos pero tampoco han ayudado a superar definitivamente la sombra del descenso. De los que vinieron para aportar el único que está cumpliendo ese encargo es el argentino Sergio Almirón, autor de cinco goles de los diez que tiene Blooming, segundo máximo artillero del torneo Clausura, solo superado por William Ferreira, con seis.
Ithurralde se perdió dos partidos por una de esas expulsiones raras y Federico García sigue cumpliendo un castigo de dos fechas por una expulsión en el clásico que pudo haberse evitado. A esos imponderables se suma el español Sergio ‘Koke’ Contreras, que solo juega partidos de local, salvo los seis últimos minutos que estuvo en la derrota ante Aurora (3-2) en la fecha 5.
La lesión de Joselito Vaca es una de las tantas malas noticias con las que ha tenido que lidiar el ‘Chavo’ Díaz partido a partido. Aun así no pierde las esperanzas, confía en sus jugadores y entre todos se preparan para la cosecha
PARA SABER
José Luis Chávez se unió al grupo y será una opción
José Luis Chávez, que se recupera de una fractura en el quinto metatarsiano, se integró al trabajo de la plantilla.
Sergio Contreras, que estaba lesionado, ayer realizó un trabajo exigente junto a Federico García.
El fisioterapeuta Ruddy Romero dejó de ser parte del cuerpo médico de Blooming. Ayer ya no estuvo en la sede.
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