lunes, 1 de abril de 2013

Un Blooming empresarial y de inclusión



Blooming está en terapia intensiva, pues acusa una de sus peores crisis económicas; sin embargo, llegó la nueva dirigencia presidida por Roberto Fernández con el objetivo de trabajar hasta que el enfermo pueda volver a caminar y luego corra tras nuevos éxitos.

“Blooming somos todos” es el proyecto de Fernández para sacar adelante al club, que tiene dos pilares: darle un manejo empresarial y nutrirlo con actividades inclusivas para que los hinchas se sumen activa y efectivamente a la entidad.

“El club no puede ser de unos cuantos, sino de miles, que sienten la camiseta y que pueden aportar de una u otra manera”.

Fernández comenzó a ordenar el club revisando las cuentas y buscando cómo generar recursos para cubrir las planillas salariales retrasadas.El presidente armó una serie de comisiones en las partes técnica, económica, institucional, jurídica y de infraestructura.

“El club ingresará en diversas unidades de negocio en las que hará alianzas estratégicas. Se tienen que vender acciones a los socios, efectuar campañas. Es un proyecto que el Real Madrid lo ejecutó y se benefició”.

A ello, Fernández suma otros proyectos que él como empresario ya ejecutó y le dieron resultado en su momento.

La directiva se acercará a diferentes empresas a las que planteará una sociedad, para luego recuperar esa inversión que harían en beneficio de la entidad.

Dijo que la otra faceta del proyecto es la inclusión, en la que Blooming debe abrir sus puertas a todos sin distinción. Que se masifique la masa societaria.

“El club debe llegar a los barrios más alejados, a las provincias y a todo el país. Debe haber más de medio millón de blooministas que puedan aportar a un dólar. Ese proyecto se llama el bloomingnómetro, y no sólo es plata, sino hay otros miles de hinchas que pueden dar ideas, tiempo y otros”.

También la pretensión está en que la infraestructura sea modernizada. Las diez hectáreas de terreno que tiene la entidad serán activadas. La mitad de ese espacio no se usa y por eso se ha pedido a una empresa presentar un proyecto para reactivar sobre todo la parte social.

Habrá ampliación de la piscina, el restaurante, las canchas recreativas y la construcción de un hotel. En lo deportivo, Fernández espera que el club gane un premio y ya para el otro torneo potenciar al equipo para pelear el título del fútbol nacional.

El dirigente lleva su vida en torno a sus hijos: Max Robert (20 años) y Linda Liliana (16).

Fernández, en dos críticos momentos

Siempre que Blooming está complicado surge como “salvador” Roberto Fernández, así pasó hace más de diez años y ahora la historia se repite.La primera llegada fue en el peor momento deportivo, el club había descendido en 1995 y jugó en su asociación en 1996. Entonces Fernández y un directorio unido sacaron adelante al plantel hasta que logró un bicampeonato con la gestión del exdirigente Juan Callaú.

En esa oportunidad, los dirigentes armaron un plantel muy fuerte que ganó en la ACF (Asociación Cruceña de Fútbol), y luego la Copa Simón Bolívar con la que se regresó al seno de la Liga.

Fernández recordó a dos jugadores vitales, el volante Limberg Gutiérrez y el histórico goleador Víctor Hugo Antelo.

“En esa primera vez sacamos adelante al club en lo deportivo”, reafirmó.

Actualmente, el dirigente pone el pecho para encarar la más crítica situación económica.

“Llego a administrar tres millones de dólares en contra, tres meses de sueldo al plantel, cinco al cuerpo técnico, siete juicios que ponen en riesgo hasta mi libertad y la falta de confianza”.

Fernández es optimista de que se puede salir adelante, pero con el compromiso de todos, más que la división interna en el club.

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