Jugadores, cuerpo técnico, dirigentes e hinchas disfrutaron nuevamente de una victoria ante su rival de siempre y la algarabía por amargar a los refineros se apoderó de todos en el estadio Tahuichi.
Pero ya en la intimidad, los dirigidos por Platiní Sánchez dieron rienda suelta a los cantos y dedicatorias para los verdolagas. No era para menos, el triunfo conseguido fue contundente y sin discusiones. De lejos fueron superiores y el festejo habla por si solo.
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