El periodismo argentino sigue descubriendo la otra faceta de Hernán Boyero, exjugador de Blooming y actual de Argentinos Juniors, sobre todo de su vida particular, de su niñez y juventud.
Al menos así lo contó en el diario Olé en la edición digital de ayer.
Boyero cuenta que él no se considera un jugador de fútbol sino que “juega fútbol” ya que nunca hizo divisiones inferiores en un club de su natal Córdoba.
Es entonces cuando se descubre que su padre se dedicaba a la compra de chatarra, sobre todo de material que contenían cobre, bronce, que le servían para el sustento diario.
"Muchas veces me rompo los zapatos porque saltaba encima de la chatarra para descargar", cuenta el flaco Boyero.
Pero no solo eso, sino que también se dedicó a la venta de sandías y era tan ducho que algunas que estaban con algún mal estado en una punta, las “colaba” e igual las vendía gritando lo buenas que estaban pese al desperfecto.
También fue martillero hasta llegar a ser jugador de fútbol.
Por lo práctico que se hizo en el manejo de chatarra, finalmente dijo que cuando deje el fútbol volverá a dedicarse a ese trabajo que le encanta. / AW
No hay comentarios:
Publicar un comentario