Lo que más molestó e impulsó a Soria a renunciar fueron los dos meses de sueldo que Blooming le debe al plantel. Es más, cuando asumió en el club, el 7 de abril de este año, una de las condiciones para firmar su contrato fue precisamente el tema salarial, en el que puso énfasis en que el equipo debe estar al día para entrenar tranquilo.
El 30 de noviembre se cumplieron los dos meses, pero por un acuerdo, entre el plantel y el club, hay una espera hasta el 15 de cada mes. “El profe estaba preocupado no tanto por su sueldo, sino por el de nosotros”, afirmaron los futbolistas.
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