sábado, 6 de diciembre de 2014

Por gritar ¡Viva Blooming! por poco matan a un hincha

Límberg Carlo Rivera (29) solo reconoce a su esposa Éricka, a su hijo Leonel (4) y a su madre Nieves. Las demás personas le resultan extrañas; es más, le costó varios días recordar su propio nombre a raíz de la golpiza que un grupo de personas le propinó la madrugada del lunes 25 de noviembre, en una rocola, solo por el hecho de haber gritado “¡Viva Blooming!” horas después de que el club de sus amores ganara el clásico a su archirrival Oriente Petrolero.

Límberg consumía bebidas alcohólicas en dicho local ubicado en la avenida de Los Lotes y tras oír la canción del club celeste en la rocola exteriozó su eufórico grito que por poco le costó la vida, pues los golpes en la cabeza le causaron daño cerebral tratado con eficacia por los médicos, pero los efectos de la lesión aún son difíciles de predecir.

Límberg, que se ganaba la vida como mototaxista en Los Lotes, está confinado en el cuarto alquilado al cuidado de su esposa y de su madre, que le curan con esmero las heridas en la cabeza y en la cara, que necesitaron 44 puntos de sutura.

La progenitora llegó de La Paz para ayudar económicamente a la pareja que carece de dinero para los gastos de operación que hasta hoy ascienden a más de $us 5.500, según Nieves Rivera, la cual critica a la Policía porque no ha dado con los autores de la paliza, pese a que una trabajadora de la rocola dio nombres de los posibles agresores.

Juan Carlos Ramos, director de la Felcc, explicó que la etapa preliminar de la pesquisa ya concluyó y sabe que la Fiscalía, luego de interrogar a testigos, ya emitió requerimientos para citar a los sindicados por el delito de lesiones graves y gravísimas, pues Limberg tiene 55 días de impedimento.

Otros agresores, en la mira
La Fiscalía del puesto policial de la radial 17½ emitió ayer cinco órdenes de aprehensión y dos de allanamiento de domicilios en busca de los autores de la muerte de Juan José Pérez Salas (19), que el 29 de noviembre, de igual manera, fue golpeado supuestamente por simpatizantes de Oriente Petrolero, club del que el extinto también era hincha acérrimo.

Según las pesquisas, Salas vestía una camiseta característica de una facción de su equipo y un grupo de la barra brava enemiga lo interceptó y lo agredió hasta dejarlo en coma. El joven permaneció en estado crítico en un hospital y falleció el martes

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